La musicoterapia, una práctica que puede ayudar mucho a nuestras personas mayores

LA MUSICOTERAPIA

EL ANCIANO tiende a aislarse o a que se le aísle; de esta forma entra en un círculo vicioso, en el que la ausencia de estímulos o de relaciones sociales se convierte en falta de curiosidad ante la realidad del entorno. En tales circunstancias, la música puede serle de gran ayuda.

LA TERAPIA BASADA EN LA MÚSICA

La musicoterapia se basa en la idea de que la música puede utilizarse en personas de edad avanzada con fines preventivos, curativos y educativos. Existen anécdotas de la antigüedad sobre el poder curativo de los sonidos.
Así, en la República, Platón habla del hombre templado como de un individuo que tiene música en sí mismo”; en su Estado ideal, está prohibida cualquier innovación musical, no se pueden alterar las leyes de la música sin desbaratar los cimientos del Estado.
El primado en materia de fe plena en la música como medio terapéutico recae, no obstante, en la escuela pitagórica (siglos VI IV a. J.C.); el médico Filolao compara el cuerpo con una lira y obtiene de la música sus remedios; Teofrasto retoma la creencia pitagórica según la cual los dolores de gota y las mordeduras de serpiente podían curarse con el sonido de la flauta. Se trata, en estos casos, de prácticas terapéuticas peligrosas para el paciente y que, por otro lado, no tuvieron gran aceptación en el campo médico.
Más enraizada y duradera es en cambio la convicción de que la música tiene realmente efectos beneficiosos sobre los estados melancólicos, la histeria y los trastornos psíquicos:
nadie es tan obtuso, tan duro y está tan lleno de furia que la música no pueda cambiarle un poco el talante” (del Mercader de Venecia).

Fue en los años 60 cuando aparecieron los primeros informes documentados de experiencias de musicoterapia; se dedujo de ellos que actividades basadas en la música podían desempeñar un papel de gran utilidad en el campo del tratamiento de distintas formas de patología física y psíquica. Sin embargo, dichos estudios reavivaron un antiguo concepto: la música desencadena respuestas de tipo fisiológico e interviene en los mecanismos íntimos de la conciencia. De esta forma empezaron a desarrollarse, sobre todo a partir de la II Guerra Mundial, numerosas experiencias de utilización de la música en varias formas de terapia. Hoy en día la musicoterapia ha dejado de ser una experiencia pionera. Tampoco es una alternativa a la farmacoterapia, de la misma manera que no pretende ocupar el puesto de prácticas terapéuticas y de rehabilitación ortodoxas, sino establecerse junto a éstas desarrollando las posibilidades de la relación sonido-hombre.

 

APLICACIONES PRÁCTICAS
Las primeras aplicaciones musicoterapéuticas se llevaron a cabo sobre todo con niños. Uno de los primeros y principales campos de aplicación de la terapia musical fue en efecto el de las minusvalías infantiles. Experimentos llevados a cabo en los países anglosajones han demostrado que la incorporación de niños afectados por deficiencias de distinta naturaleza a actividades musicales puede tener efectos beneficiosos sobre sus capacidades intelectuales. Las primeras experiencias de musicoterapia no fueron efectuadas por médicos, sino por músicos dedicados básicamente a los aspectos sociales de la musicoterapia. En efecto, el principal objetivo de dicha técnica es favorecer la comunicación y la inserción del niño deficiente en el grupo de coetáneos sanos.
Las experiencias arriba mencionadas no se basan en conocimientos psicológicos y pedagógicos específicos, a pesar de lo cual han desempeñado un importante papel, llamando la atención de educadores y psicoterapeutas por los resultados obtenidos y las posibilida des de aplicación en muy diversos campos.

MÚSICA Y ANCIANOS

Recientemente, se ha considerado la posibilidad de aplicar la musicoterapia en el campo de la geriatría, si bien a menudo se tiende a confundir la musicoterapia con actividades generales de tipo recreativo.
La terapia musical aplicada a pacientes ancianos posee, sin embargo, objetivos específicos, basados en la posibilidad que ofrece el sonido de estimular y de comunicar con pacientes que, por razones orgánicas (arterioesclerosis cerebral, etcétera) o psíquicas (demencia senil, etcétera) tienden a encerrarse en sí mismos. Dado que el sonido musical activa sensaciones específicas, se han obtenido buenos resultados sobre todo en la rehabilitación de ciertas facultades intelectuales más o menos afectadas.
La posibilidad de asociar a la música, sobre todo al ritmo, algunos movimientos o verdaderas modalidades de danza ha llevado a utilizar el sonido como instrumento para la rehabilitación de deficiencias motoras de distinto tipo y origen; por consiguiente, es posible establecer útiles relaciones entre la musicoterapia y la fisioterapia.
Por otra parte, el hecho de que la música sea un lenguaje no basado en la palabra ha favorecido su aplicación en la reeducación de sujetos con dificultades para hablar (afasia) a raíz de una trombosis o de una arterioes clerosis cerebral; del mismo modo, se ha de mostrado su eficacia en la reeducación de ancianos afectados por una disminución de su capacidad auditiva. Por último, y dado que la música es también en el fondo actividad de pensamiento, ha demostrado ser también un óptimo medio para la estimulación de procesos intelectuales y para la recuperación de funciones cerebrales afectadas (demencia senil, etcétera). También se ha demostrado que la participación de pacientes de demencia senil en sesiones de musicoterapia permite obtener una recuperación parcial de la capacidad de atención, de coordinación de los movimientos físicos y de realización de sencillas operaciones intelectuales.

 

POSIBILIDADES FUTURAS
Hace apenas unos años que la musicoterapia ha entrado a formar parte del conjunto de medios terapéuticos de los que el médico puede disponer para el tratamiento de distintas enfermedades y condiciones psicológicas, sobre todo en el anciano y en el niño. En efecto, aunque ya en la antigüedad se atribuyera a la música un valor terapéutico especial, sólo recientemente ha empezado a ser utilizada en la práctica clínica. Los primeros e importantes resultados obtenidos han impulsado a ampliar el campo de aplicación, sobre todo en geriatría, a explorar nuevas posibilidades en materia de rehabilitación y a estudiar diferentes técnicas, con objeto de acercar las actividades basadas en el sonido a pacientes con capacidad intelectual reducida o con problemas que afectan a las funciones cerebrales (pérdida de memoria, disminución de la capacidad de atención).
En tal sentido, la musicoterapia atraviesa en estos momentos en geriatría una fase experimental, en la que se está tratando de definir con mayor exactitud objetivos y técnicas específicas de aplicación de la música y del sonido en la rehabilitación de determinados aspectos de la vida mental del anciano.